martes, 26 de octubre de 2021

LA VIDA COTIDIANA EN UNA "DOMVS"

La domus era una vivienda unifamiliar. La familia es una de las instituciones más imrportantes en la sociedad romana. La familia tipo la componen: 

- El pater familias, máxima autoridad familiar.

- La esposa que dirige la casa y atiende a los hijos.

- Los hijos.

- Los esclavos.

- Los libertos (esclavos manumitidos).

- Los clientes, hombres libres con pocos recursos, que a cambio de la ayuda y subsidio de su patrón, le deben fidelidad.


La jornada de la domus se iniciaba al amanecer: tras el aseo personal y un ligero desayuno (pan, miel, queso, fruta y agua), los miembros de la familia rezan ante el altar de los dioses domésticos (lalario), después cada uno se dirige a sus ocupaciones.


El amo recibe en el atrio a sus clientes, que cada mañana acuden a su casa para saludarle y pedirle consejo; tras ocuparse de diferentes asuntos en su despacho, sale de casa para resolver otros en el foro y para realizar algunas visitas.


La señora de la casa se encarga de ordenar y supervisar las labores domésticas cotidianas a cargo de la servidumbre. Los hijos menores de 6 años se quedan al cuidado de la madre y los mayores acuden a la escuela. 

 

A media mañana es la hora de un pequeño descanso con una comida rápida y sobria. 

 

Al finalizar la jornada laboral se acude a las termas antes de volver a casa para la cena, la comida más importante del día, que suele iniciarse antes de la media tarde. La señora de la casa ha ordenado decorar el triclinio con flores y comprueba en la cocina que el variado menú, en el que no faltarán alimentos refinados, está ya a punto. Finalizada la cena y tras varias horas de tertulia acompañada por selectivos vinos, cuando llega la noche los invitados vuelven a sus casas y los anfitriones se retiran a dormir. Los esclavos se encargan de limpiar y de dejar la sala ordenada para la siguiente jornada.

 


ILUMINACIÓN Y CALEFACCIÓN DE LAS CASAS URBANAS ROMANAS

Para alumbrar el interior de las casas se utilizaban velas y, sobre todo, lucernas (lámparas de aceite). La lucerna es un recipiente de bronce o cerámica con el cuerpo cóncavo y achatado para contener el aceite, y con un asa en un extremo, y un pico o varios para la mecha en el otro. Estas lámparas se colocaban sobre nichos, muebles y pedestales de metal o suspendidas mediante cadenas del techo o de candelabros de metal con varios brazos. En el exterior de la casa se usaban antorchas.


Los sistemas de calefacción eran muy variados, desde el simple brasero de carbón hasta complejos sistemas de ingeniería en los baños de algunas casas.


OBJETOS DE TOCADOR DE LA MUJER ROMANA

A la mujer romana le gustaba cuidarse y embellecerse, por lo que es frecuente el hallazgo de objetos de tocador y de adorno femeninos:

 

- espejos de metal pulido

- peines de madera, de marfil o de hueso

- agujas para sujetar el cabello

- pinzas de depilar

- tarros para cosméticos 

- frascos de vidrio o de alabastro para ungüentos y perfumes

 

Las joyas y adornos se caracterizan por su policromía y sencillez: 

 

- anillos

- collares 

- largas cadenas de oro

- brazaletes en forma de serpiente

- pendientes, hebillas y broches, elaborados con perlas, piedras y metales preciosos; también se encuentran más modestos, de bronce y con falsas gemas de vidrio (lo que ahora denominaríamos bisuteria).

 


ORGANIZACIÓN DE LAS TERMAS

- Se abrían al mediodía y se cerraban al ponerse el sol.


- En los lugares destinados al baño había departamentos separados para hombres y mujeres. Si no había espacios separados, las termas abrían unas horas para las mujeres y otras para los hombres. En algunas ocasiones, durante el Imperio, se permitió el baño conjunto a hombres y mujeres.


- Se utilizaban aceites, pomadas, toallas y el strigilis, un raspador curvo con el que se quitaban los ungüentos que el masajista les daba tras los ejercicios físicos.


PARTES DE LAS TERMAS

Tabernae

Tiendas adosadas a las salas de baños, donde se vendía bebida y comida, que los vendedores pregonaban a grandes voces.

 

Apodyterium

Habitación próxima al pórtico de la entrada donde dejaban los bañistas sus ropas. Había un banco corrido  y en la pared unas hornacinas sin puertas, donde se depositaban la ropa y objetos personales, que quedaban vigilados por un esclavo.

 

Tepidarium

Habitación de temperatura tibia que preparaba al bañista para el agua caliente.


Caldarium

Baño de agua caliente. Era la habitación más luminosa y adornada. En las grandes termas había incluso piscinas donde poder nadar. En las más pequeñas el baño se tomaba en bañera o depósitos de agua caliente llamados labra.

A veces al caldarium se le añadía, para tomar baños de vapor, el laconicum, una habitación más pequeña fuertemente calentada, con un techo semiesférico que podía abrirse o cerrarse a voluntad, regulando así la temperatura de la sala.


Frigidarium

Era la sala destinada a los baños de agua fría. En las grandes termas el frigidarium estaba descubierto e incluía una gran piscina donde poder practicar la natación.



NAUMAQUIAS

Las naumaquias eran reproducciones de batallas navales, en las que la sangre corría a raudales y el número de muertos podía contarse por centenares.


La primera naumaquia la ofreció César en el año 46 a.C. en un lago artificial construido en el Campo de Marte, adonde llevó el agua del río Tíber. 

 

Augusto construyó un enorme estanque donde se enfrentaron más de 2.000 hombres. 

 

La de mayores proporciones fue la ofrecida por el emprador Claudio en el Lago Fucino, en la que intervinieron cerca de 20.000 personas. 

 

Domiciano ofreció otra en el Coliseo, para lo que se ideó un complejo mecanismo que permitió convertirlo en una gran piscina. El poeta Marcial cuenta: "Era tierra no hace más que un momento. ¿Lo dudáis? Esperad que el agua, al retirarse, dé fin a los combates; ocurrirá dentro de poco. Entonces diréis: Hace un momento estaba el mar allí".

 


Lo complicado y caro de este tipo de montajes hizo que las naumaquias desaparecieran muy pronto; pasado el siglo I, no se tienen noticias de ninguna otra naumaquia.


VENATIONES

En un principio se ofrecía por la mañana, como preludio del combate de gladiadores, aunque a finales de la República las venationes adquirieron tal desarrollo que llegaron a constituir un espectáculo autónomo.


Inicialmente consistía en una simple exhibición de animales, cuanto más raros mejor, con el fin de impresionar a los espectadores. Se exhibían en el anfiteatro animales procedentes de los sitios más remotos: tigres de Asia, toros de Hispania, hipopótamos de África, jirafas, etc.


Pero estas exhibiciones pronto dejaron de sorprender al romano y fue preciso añadir emociones más fuertes para dar respuesta a la demanda de los espectadores. Así surgieron:


1) Las luchas de fieras entre sí: rinocerontes contra hipopótamos, leones contra tigres, tigres contra toros, etc., y todas las combinaciones posibles. Con el fin de que se enfurecieran, se los quemaba con antorchas, se los pinchaba con aguijones,...


2) Enfrentamiento de hombres contra fieras. En la venatio ofrecida por Pompeyo 20 elefantes fueron enfrentados a un grupo de cazadores experimentados que lanzaron sus venablos a los ojos de los elefantes, que cayeron muertos, a las patas para paralizarlos,... El público pidió el perdón para los elefantes que no habían muerto. A Nerón le gustaba bajar a la arena desarmado o armado con una maza para enfrentarse a un león y darle muerte, pero habiendole arrancado las uñas y los dientes, por lo que el pueblo, ignorándolo, aclamaba el valor de su emperador.


3) Hombres arrojados a las fieras. Era un castigo, en principio reservado a los extranjeros que desertaban del ejército. Se extendió más tarde a los esclavos condenados a muerte, y, cuando empezaron las persecuciones religiosas, los cristianos fueron las víctimas.